jueves, 3 de febrero de 2011

Salud espiritual - Primera parte

ALIMENTA TU ESPIRITU

En la sociedad actual es necesario diferenciar entre tener vida y tener salud. El hecho de que hagamos ciertas actividades o seamos capaces de comer ciertas cosas no significa que tengamos salud. Es increíble meditar en los anuncios de comida rápida o bebidas azucaradas y como tratan de influir al consumidor en probar sus productos, sin importar cuanto daño les pueden causar. En la vida espiritual funciona prácticamente igual, nuestros cuerpos y almas están expuestos a un sin número de ofertas, pero muchas pueden terminar generando enfermedad. Así como nuestro cuerpo necesita de comida todos los días nuestras almas también. El detalle esta en que el alma no avisa, sino que simplemente se alimenta de lo que ve y escucha. ¿Qué ve y qué escucha tu alma? La salud del centro de mi ser esta en  lo que yo decido exponer a mis sentidos. Si yo no elijo que darle de comer a mi espíritu, él va a comer lo que se encuentre. ¿Pero qué es lo que encuentra mi alma? Lo que desea el cuerpo: sexo, dinero, poder y placer. Todas estas cosas que vienen del mundo no llenan mi alma ya que mi alma se llena con las cosas de Dios. Por eso, es esencial leer “las etiquetas” de lo que comemos. Muchas veces al ir al supermercado alguien que cuida de su salud lee con detenimiento lo que piensa comprar, esa es la práctica que nos aconseja la Biblia para nuestra alma. Cuando escuchamos y cuando observamos es importante discernir el contenido. No todo lo que parece y sabe rico es saludable. Unas chuletas gigantes saben deliciosas pero llenarán tus arterías de grasa. La muchacha o la gran cartera que viste se ve muy atractiva, pero puede traer enfermedad a tu casa.Ahora, sabemos lo que no debemos comer y el secreto de leer el contenido de las etiquetas. Pero mi alma tiene que comer ¿De qué me alimento? David dice que la palabra de Dios es tan dulce como la miel y Mateo 22:29 nos habla de que algunos somos ignorantes y andamos comiendo en restaurantes “cochinos” cuando Dios nos ofrece en su palabra el mejor menú. No confíes en tu propia opinión sino confía el la opinión de Dios. “Todo lo que se escribió en el pasado se escribió para enseñarnos, a fin de que, alentados por las escrituras, perseveremos en mantener nuestra esperanza.” Y no solo comer bien, sino también masticar muchas veces. El Salmista dice: “En mi corazón atesoro tus dichos, en tus preceptos medito”. Salmo 119:9-16 
El último consejo para estar saludable es comer varias veces al día. Elegimos buena comida, leemos etiquetas, masticamos bien y comemos pequeñas porciones 5 o 6 veces al día. Es imposible para nuestro cuerpo comer solo 1 vez al día. Lo mismo pasa con nuestra alma, ella no come solo 1 vez a la semana los domingos. Para una buena salud necesitamos comer en la iglesia y en nuestras casas. Bon Appetit! 

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