jueves, 9 de junio de 2011

Descontento Santo - ¿Realmente no lo aguanto?

La frustración que pone Dios en nuestros corazones para cambiar el mundo que esta a nuestro alrededor y ser mensajeros de la reconciliación que Jesús ha comprado para la humanidad se llama Descontento Santo. Pero lo que queremos comprender en esta edición de Apuntes Semanales es: ¿Qué le pone el ¨Santo¨ al descontento? Es posible restaurar y hacer diferencia en este mundo caído, pero sí se quiere que la diferencia sea duradera con un impacto eterno, nos tenemos que conservar sin mancha del mundo como verdaderos Hijos de Dios. El libro de Tito nos habla que la gracia de Dios nos enseña a decir no a la impiedad y a las pasiones mundanas. Cuando alguien entiende el gran amor que Dios ha derramado sobre la humanidad, se compromete a vivir una vida digna de un Hijo del Rey. Sí lo pensamos bien no tiene sentido alguno declarar que somos personas que quieren hacer una diferencia en la vida de otras personas sí primero no permitimos que Dios por medio de su Espíritu Santo cambia nuestro ser interior. 
El libro de primera de Pedro establece que los Hijos de Dios somos extranjeros y peregrinos en esta tierra. Que fuimos destinados a pasar la eternidad en un lugar diferente al que vivimos y por lo tanto es mas sabio invertir en la eternidad en vez de hacerlo en las cosas pasajeras. La recomendación para nosotros como comunidad es hacer tesoros en el Reino de los Cielos y no acumular migajas aquí en lo que esta a nuestro alrededor. 
El Apóstol Pablo en muchas ocasiones nos advierte de ¨huir¨ de las pasiones que nos jalán y nos pueden alejar de la voluntad de Dios. La connotación de la palabra ¨huir¨ es de alguien siendo perseguido por un animal feroz. Hay que huir porque se puede perder alguna parte del cuerpo y quedar afectado de por vida. Lo mismo ocurre en las cosas espirituales, sí no decidimos huir del pecado definitivamente quedaremos lisiados y mordídos. Desobedecer la voluntad de Dios es exponerse a quedar abandonados en la culpa y la miseria. Parte de lo que tenemos que entender es la urgencia de correr y alejarse de los engaños de este mundo. Aquí hay una lista basada en algunas definiciones que nos da la palabra de Dios: pleitos, envidias, rivalidades, inmoralidad sexual, mentira, borracheras, falta de perdón y orgías. Huye! de estas cosas y busca con los que invocan de corazón sincero al Señor estas otras: la rectitud, la verdad, dominio propio, amor, bondad, fidelidad, paciencia y virtud. Decidamos vivir la vida en abundancia, la vida que Dios nos ofrece por medio de sus mandamientos y nos asegura nos llevará por el camino recto. Vive tu Descontento y asegúrate que sea un Descontento Santo.
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