Hay ropa nueva que nunca sale del closet, parece rídiculo pero es interesante porque con tal de sentirnos cómodos usamos prendas viejas que han pérdido todo su color. Muchas veces pensamos que por más atractiva que se vea nuestra ropa nueva ¨no va con nosotros¨muy bien, ya que meditándolo un poco más nuestro estilo esta bien marcado. Pero la recomendación de Dios es totalmente contraria: ¨Con respecto a la vida que antes llevaban se les enseño que debían quitarse el ropaje de la vieja naturaleza.¨Efesios 4:22
Hay ropa creada a imagen de Dios, ropa que nos lleva a la justicia y santidad. Parece obvio que la ropa nueva que Dios nos ofrece es la que debemos de usar y además en la que nos vemos mejor, pero es más común encontrarse con personas que usan ropa vieja en vez de la ropa divina. ¿De qué sirve tener ropa nueva sí la dejamos guardada en el closet? ¿Vale la pena pensar sí he recibido ropa nueva, formas, maneras y actitudes que me ayudarían a cambiar mi estilo de vida para bien?
Es importante tocar un tema que frecuentemente nos aleja de vivir una vida nueva y de confiar en Dios para vestirnos con sus enseñanzas. Es el tema del perdón, entender profundamente que Dios nos ha perdonado y seguirá perdonando de todas nuestras tortas. Muchos al caer en pecado nos sentimos que no somos dignos de vestirnos elegantes y que más bien deberíamos usar trapos porque en ellos hemos caído. La Biblia enseña que caemos en pecado pero también deja claro que los hijos de Dios han sido lavados y bañados por la gracia de Dios. (Salmo 103) El secreto es bañarse todos los días, limpiar nuestros pecados confesando a Dios y ya limpios ponernos la vida que él nos ha dado. Así como un niño se viste igual que sus padres copiándolos, nosotros estamos invitados hacer lo mismo. Efesios 5:1 ¨Por tanto, imiten a Dios como Hijos my amados.¨ Sí queremos dejar una huella en este mundo necesitamos vestirnos con la ropa del cielo. Es vestidos en el amor de Dios, en el sacrificio de Jesús y las nuevas actitudes del corazón que nuestras vidas valdrán la pena. El amor de Dios dura para siempre y sus vestidos no se desgastan. ¿Con qué ropa estás vestido?
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Estrena tu ropa! Paz